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EL 20% DEL AGUA EN EUROPA SE PIERDE POR SU MALA GESTIÓN

El Parlamento Europeo ha aprobado una resolución donde se exige la realización de “una auditoría del estado de la red hídrica europea, dado que en el suministro a las ciudades europeas puede perderse hasta un 70% del agua en las fugas de la red”. 

El texto recalca que el futuro de la industria europea dependerá de que los distintos estados encuentren “respuestas eficaces a los actuales desafios relacionados con el agua y con la gestión de los recursos hídricos existentes”. 

El informe, aprobado en la Comisión de Medio Ambiente de la Eurocámara, subraya que la concesión de ayudas al sector del agua debe de estar sujeta a la presentación de planes de gestión de la demanda y pide a los gobiernos que revisen aquellas subvenciones que se están concediendo y que puedan perjudicar a los recursos hídricos. 

La adopción de medias urgentes para evitar esas fugas se apoya en que las reservas empiezan a dar muestras de sufrir una presión excesiva (En algunas regiones del sur, la explotación de los acuíferos supera el 40%, circunstancia que “amenaza la vida silvestre, la seguridad de abastecimiento de la sociedad y los distintos usos económicos”). 

Apunta también que existe una creciente demanda de agua en el continente, lo que requiere de inversiones urgentes por parte de los diferentes gobiernos y que pasa por el desarrollo de nuevas técnicas de riegos, gestión de aguas subterráneas y el tratamiento de las aguas residuales. 

Bajo el principio de que “quien contamina paga” y que “el usuario paga” el texto pide a la Comisión:

- garantizar la aplicación de tarifas transparentes con el objetivo de una recuperacion total de los costes de los servicios del agua, incluidos los costes medioambientales y de recursos

- priorizar la financiación de proyectos de tratamiento de aguas residuales

- elaborar una estrategia para internalizar los costes externos derivados del consumo y contaminacion del agua 

Reclaman que los medidores de agua sean obligatorios para todos los sectores y usuarios en todos los países de la UE y aboga por la generalización del sistema de banderas azules en todas las zonas de baño de Europa, incluidos ríos, lagos y estanques.