EL INCENDIO DE VALENCIA, UN
DESASTRE MEDIOAMBIENTAL, ECONÓMICO Y ECOLÓGICO
Desde HdosO, queremos hacer eco de lo que supone un incendio de estas características.
Incendios de Valencia desde el espacio |
Hay que remontarse dos décadas
atrás para recordar un incendio de dimensiones tan infernales en los montes
valencianos como el que se inició el pasado jueves 28 de junio en Cortes de
Pallás, un municipio situado a unos 80 kilómetros de la
capital y en plena reserva nacional de Caza Muela.
Las llamas devoraban miles de hectáreas
sin que el incendio pudiera ser controlado, entre otras razones a causa del
viento de poniente y de las altas temperaturas. A su vez, otro fuego declarado
al día siguiente en Andilla, a unos 70 kilómetros al
norte de la ciudad de Valencia, amenazaba la hermosa Sierra de la Calderona,
pulmón natural del área metropolitana.
La magnitud de la catástrofe hacía
que una lluvia de cenizas cubriese la ciudad de Valencia, y que numerosos
núcleos amanecieran con una neblina de humo y con las calles llenas de un
polvillo grisáceo.
Varias asociaciones forestales
dicen que hasta dentro de 100 años no se podrán recuperar algunas zonas
calcinadas en estos incendios.
La devastación de 50.000 hectáreas
de superficie forestal supone graves e incalculables efectos en la flora y
fauna de algunos de los parajes naturales más bellos del interior de Valencia, la
desaparición de especies vegetales y animales en las zonas quemadas. Una
catástrofe ecológica en toda regla.
Según el sector, las pérdidas
económicas ascienden a 1.000 millones de euros.
A esto hay que añadir la muerte de
un piloto al estrellarse un helicóptero durante las labores de extinción del
incendio de Cortes de Pallàs, mientras que otras dos personas resultaron
heridas, al precipitarse un segundo helicóptero.
La gran labor de los equipos de
extinción de incendios estaba a merced de la propia naturaleza, y es que el
cambio de climatología fue la clave fundamental para la disminución de las
llamas, ya que el fuerte calor y el viento racheado de los primeros días, menguaron
en las últimas horas y facilitó los trabajos de extinción.
Lo peor de todo, es que según apuntan,
los dos incendios vuelven a ser el resultado de negligencias humanas: en Cortés
de Pallás el fuego saltó de una chispa en trabajos de soldadura al instalarse
unas placas solares, y en Andilla fue una quema de rastrojos en una finca
privada.
Por si no tenían bastante, ayer noche
se declaró otro fuego en Gata de Gorgos, que "se encuentra estabilizado y
sin llamas", según han informado fuentes del Centro de Coordinación de
Emergencias (CCE) de la Generalitat y se ha decretado el nivel 3 de
preemergencia por riesgo máximo de incendios forestales en el sur de Valencia y
en el norte y sur de la provincia de Alicante
Seamos conscientes de nuestros
actos. Tiempo de reflexión…
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