martes, 10 de julio de 2012


EL INCENDIO DE VALENCIA, UN DESASTRE MEDIOAMBIENTAL, ECONÓMICO Y ECOLÓGICO
Desde HdosO, queremos hacer eco de lo que supone un incendio de estas características.
Incendios de Valencia desde el espacio
Hay que remontarse dos décadas atrás para recordar un incendio de dimensiones tan infernales en los montes valencianos como el que se inició el pasado jueves 28 de junio en Cortes de Pallás, un municipio situado a unos 80 kilómetros de la capital y en plena reserva nacional de Caza Muela.
Las llamas devoraban miles de hectáreas sin que el incendio pudiera ser controlado, entre otras razones a causa del viento de poniente y de las altas temperaturas. A su vez, otro fuego declarado al día siguiente en Andilla, a unos 70 kilómetros al norte de la ciudad de Valencia, amenazaba la hermosa Sierra de la Calderona, pulmón natural del área metropolitana.
La magnitud de la catástrofe hacía que una lluvia de cenizas cubriese la ciudad de Valencia, y que numerosos núcleos amanecieran con una neblina de humo y con las calles llenas de un polvillo grisáceo.
Varias asociaciones forestales dicen que hasta dentro de 100 años no se podrán recuperar algunas zonas calcinadas en estos incendios.  
La devastación de 50.000 hectáreas de superficie forestal supone graves e incalculables efectos en la flora y fauna de algunos de los parajes naturales más bellos del interior de Valencia, la desaparición de especies vegetales y animales en las zonas quemadas. Una catástrofe ecológica en toda regla.
Según el sector, las pérdidas económicas ascienden a 1.000 millones de euros.
A esto hay que añadir la muerte de un piloto al estrellarse un helicóptero durante las labores de extinción del incendio de Cortes de Pallàs, mientras que otras dos personas resultaron heridas, al precipitarse un segundo helicóptero.
La gran labor de los equipos de extinción de incendios estaba a merced de la propia naturaleza, y es que el cambio de climatología fue la clave fundamental para la disminución de las llamas, ya que el fuerte calor y el viento racheado de los primeros días, menguaron en las últimas horas y facilitó los trabajos de extinción.
Lo peor de todo, es que según apuntan, los dos incendios vuelven a ser el resultado de negligencias humanas: en Cortés de Pallás el fuego saltó de una chispa en trabajos de soldadura al instalarse unas placas solares, y en Andilla fue una quema de rastrojos en una finca privada.
Por si no tenían bastante, ayer noche se declaró otro fuego en Gata de Gorgos, que "se encuentra estabilizado y sin llamas", según han informado fuentes del Centro de Coordinación de Emergencias (CCE) de la Generalitat y se ha decretado el nivel 3 de preemergencia por riesgo máximo de incendios forestales en el sur de Valencia y en el norte y sur de la provincia de Alicante

Seamos conscientes de nuestros actos. Tiempo de reflexión…

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