Fuente: EFEverde
La
fertilización con dióxido de carbono (CO2) ha contribuido a incrementar
en los últimos 30 años el follaje de las plantas en las regiones más
áridas del planeta, según un estudio publicado en Australia.
Este
tipo de fertilización ocurre cuando el aumento del dióxido de carbono
permite que una hoja extraiga durante la fotosíntesis más carbono del
aire y pierda menos agua, lo que favorece la producción de hojas en las
plantas de zonas desérticas.
Observaciones
vía satélite permitieron a un equipo científico australiano hallar una
correlación entre este proceso y el aumento de un 11 por ciento del
follaje registrado entre 1982 y 2010 en zonas áridas de Australia,
Norteamérica, Oriente Medio y África.
“La
vegetación nativa de Australia se adapta de una manera increíble para
poder sobrevivir en ambientes áridos”, dijo Randall Donohue, uno de los
investigadores del estudio de la Organización para la Investigación
Industrial y Científica de la Mancomunidad de Australia (CSIRO) y la Universidad Nacional Australiana.
“Esta
vegetación de los desiertos, que usa de forma eficiente el agua, parece
ser muy sensible a la fertilización por CO2″, añadió Donohue a través
de un comunicado.
Los
investigadores analizaron este tipo de fertilización a través de un
modelo matemático que aisló efectos causados por otros factores como las
precipitaciones, la temperatura, la cantidad de luz y los cambios en el
uso de los terrenos.
El
cambio en el follaje de las plantas de las zonas áridas se detecta
mediante el satélite, especialmente en los desiertos y las sabanas,
según el comunicado del CSIRO.
“El
aumento de CO2 estimula el crecimiento el follaje en países áridos, lo
que puede ser una buena noticia para sectores productivos como el
agrícola y el forestal. Sin embargo, sus efectos secundarios podrían
sentirse en la disponibilidad del agua, el ciclo del carbono, el régimen
de incendios y la biodiversidad”, agregó Donohue.
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