El
primer coche volador español podría fabricarse en el aeropuerto de
Teruel. La empresa que ha desarrollado el proyecto, Fuvex, ha trasladado
al Gobierno de Aragón su interés por iniciar su actividad en las
instalaciones de Caudé, tras la celebración en la capital del I Congreso
de Aeronaves Ligeras no Tripuladas, en el que participó como ponente
Carlos Matilla, uno de sus socios.
Los
promotores del proyecto del aeromóvil, del que se han hecho eco ya
varios medios de comunicación nacionales, lo presentan como una
alternativa al helicóptero, pero "de más fácil manejo, más seguro y más
barato", según explicó Matilla, uno de los ingenieros aeronáuticos que,
junto a José Joaquín Vila, empezó a trabajar en el proyecto HeliKar hace
cuatro años.
Imagen virtual del Helikar, un proyecto que desarrolla la empresa Fuvex | DIARIO DE TERUEL / BYKOFOTO / ANTONIO GARCÍA |
"Es
una aeronave con capacidad para dos pasajeros y características
similares al helicóptero, con aterrizaje y despegue vertical, pero más
económico, seguro y sencillo", dijo.
Durante
su participación en el congreso celebrado en la capital turolense los
días 30 y 31 de octubre, tuvo oportunidad de conocer las instalaciones
del aeropuerto. "Estamos viendo las posibilidades de establecernos en
Teruel porque nos pareció un lugar con muchas posibilidades y donde hay
muchas ganas de emprender", apuntó el portavoz de Fuvex.
Tras
los primeros contactos mantenidos durante el congreso, remitieron
información sobre su propuesta a las Direcciones Generales de
Transportes y de Economía del Gobierno de Aragón para estudiar qué
posibilidades de apoyo al proyecto existen. Fuentes del Ejecutivo
autonómico confirmaron que analizarán el proyecto y que, como cualquier
otra actividad económica que pueda genera en el aeropuerto, será
bienvenida, pero señalaron que se encuentra en una fase muy embrionaria.
Búsqueda de financiación
Fuvex
trabaja actualmente en la búsqueda de financiación para el HeliKar y
para ello han iniciado contactos con varios bancos de ámbito
internacional y también con el Centro para el Desarrollo Tecnológico
Industrial (CDTI), un organismo dependiente del Ministerio de Economía y
Competitividad, que promueve la innovación y el desarrollo tecnológico
de las empresas españolas y canaliza las solicitudes de apoyo a los
proyectos de I+D+i de empresas españolas.
Matilla
explicó que inicialmente necesitarían en torno a 750.000 euros para los
trabajos iniciales, en una segunda fase 1.250.000 euros para
desarrollar el prototipo y, por último, entre 1 y 2 millones de euros
para su certificación.
Los promotores
están abiertos a fabricar y comercializar el aparato en solitario, o
bien a vender el desarrollo a otra empresa para que se encargue de
sacarlo al mercado.
El aeromóvil se
proyecta con 600 kilos de peso máximo en despegue, 6,50 metros de
longitud 2,80 de altura y capacidad para 2 personas y 40 kilos de
equipaje
Realizaría el aterrizaje y
el despegue vertical sobre cualquier superficie plana y volaría a una
velocidad máxima de 430 kilómetros por hora y a una altura de hasta
3.000 metros. Su autonomía alcanzaría los 1.000 kilómetros.
Fuvex se ha marcado como objetivo disponer de un prototipo en junio de 2015 para presentarlo en el Paris Air Show.
Carlos
Matilla señaló que, de salir adelante, será "el primer aeromóvil de la
historia", ya que hay varias compañías que están tratando de desarrollar
este tipo de aeronaves, entre ellas la americana Moller International y
la israelí Urban Aeronautics, pero hasta el momento han tenido
resultados negativos.
Mercado del lujo
Carlos
Matilla indicó que su apuesta inicial se centra en el mercado del lujo,
sustituyendo a los helicópteros de transporte privado. El precio de
venta del HeliKar se calcula en 900.000 euros, menos de la mitad que un
helicóptero.
Pero además del
transporte civil personal, el aeromóvil podría utilizarse en tareas de
vigilancia y control donde la seguridad y maniobrabilidad juega un papel
fundamental, en transporte de emergencias y en el sector militar, para
acciones como transporte de tropas y material, reconocimiento táctico e
incluso ataque, mediante desarrollos posteriores.
El
diseño del vehículo recuerda a los coches voladores que utilizaban para
desplazarse los protagonistas de la película Blade Runner, que, de
hecho, sirvió de inspiración a los ingenieros que han desarrollado el
proyecto.
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