Benigno,
un quebrantahuesos de 14 años nacido en Aragón en el año 2000 y que se
reproducía desde hace años en Navarra, ha sido encontrado muerto con
impactos de seis perdigones de caza.
La organización francesa “La Ligue pour le Protection des Oiseaux” (LPO) ha
informado de la muerte de este ave, que fue encontrada en una cuneta
del ferrocarril que une Bayona y San Juan de Pied de Port, cerca del
pueblo de Ossés, en los Pirineos franceses, el día 24 de noviembre y
murió, a causa de sus heridas, el día 26, informa SEO/BirdLife en una nota de prensa.
Según
la LPO, fue el centro Hegalaldia, de recuperación de fauna silvestre,
el primero en ser avisado y el que consiguió recuperar a Benigno de la
hipotermia que sufría, pero, pese a los cuidados dispensados, murió dos
días después.
Fuentes
de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón ha informado a Efe que está a
la espera de la necropsia para discernir si la muerte de este
quebrantahuesos aragonés ha sido provocada o a causa de un accidente.
Accidente “despreciable”
Y
es que, según la nota de prensa que LPO ha facilitado a SEO/BirdLife,
la dispersión de los plomos indica que el disparo “se produjo a unos 40
metros de distancia, por lo que la posibilidad de que se trate de un
accidente es despreciable” y denuncian que el departamento de los
Pirineos Atlánticos, en el sur de Francia, tiene “el récord de estas
aves muertas por disparo”.
Para
SEO/BirdLife, la muerte de este ejemplar muestra el peligro al que se
enfrentan especies amenazadas como el quebrantahuesos (Gypaetus
barbatus), una de las grandes aves carroñeras de la fauna española, cuya
población es “muy escasa” y cuya situación de conservación es “muy
delicada”.
Benigno
había sido capturado y marcado en la comarca de La Jacetania (Huesca)
dentro del Plan de Recuperación de esta especie desarrollado por el
Gobierno de Aragón en coordinación con la Fundación para la Conservación
del Quebrantahuesos (FCQ).
Este
quebrantahuesos recibió ese nombre en homenaje al conocido naturalista
español Benigno Varillas, presente durante su anillamiento en los
Pirineos.
La
organización ecologista recuerda que este delito puede ser castigado
con 15.000 euros de multa y un año de prisión en Francia y si se hubiera
producido en España, las penas podrían llegar a dos años de prisión e
inhabilitación de cazar o de ejercer la profesión de hasta cuatro años.
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